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Higiene Dental

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La higiene dental es el proceso que permite tener no solo una sonrisa radiante sino también una buena salud bucal. Mantener los dientes limpios, libres de placa y un aliento fresco resulta agradable no solo para el  individuo, sino también para el entorno, ya que una higiene bucal inadecuada puede ser causa de aislamiento social.

Hoy en día, existe mayor conciencia sobre la importancia del cuidado de la boca. La aparición de cientos de productos para tal fin, las campañas publicitarias para promocionarlos y los ideales de belleza de la sociedad contemporánea han jugado a favor de la salud bucal.

Consejos para una higiene dental adecuada

Cepillado de dientes

  • El cepillado de los dientes tiene su técnica conocida como barrido de los dientes. Consiste en colocar el cepillo tocando diente y encía con una inclinación de unos 45 grados y deslizándolo hacia abajo.
  • Los movimientos se repiten por la cara posterior de la dentadura y sobre la superficie masticatoria.
  • Es recomendable usar un cepillo de cerdas medianas o suaves, el cual debe cambiarse cada dos o tres meses, según el estado del cepillo.
  • El proceso debe ser suave. Un mal cepillado puede ocasionar desgaste del esmalte y retracción de las encías, lo que ocasiona exposición del cuello dental con la consecuente hipersensibilidad.
  • Los dientes deben cepillarse tres veces al día, después de cada comida. Es imprescindible hacerlo antes de ir a dormir.
  • El cepillado también debe incluir la lengua utilizando la misma técnica de barrido.

Métodos de Higiene Dental

Usar el hilo dental

  • Es recomendable usar el hilo dental, al menos una vez al día, para limpiar los espacios interdentales y evitar la formación de placa.
  • Este proceso se realiza antes del cepillado para posteriormente limpiar con el cepillo los restos extraídos con el hilo.

Utilizar enjuague bucal

  • El enjuague bucal alcanza los lugares a donde el cepillo no puede llegar. No hay que olvidar que la higiene de la boca también incluye las encías, la lengua, el paladar y la cara interior de las mejillas.
  • Estos productos tienen efectos bactericidas y evitan la reproducción de microorganismos y, en algunos casos, previenen la halitosis.
  • Conviene usarlo, al menos una vez al día, después del cepillado.

  • La prevención es la clave para mantener la salud dental.
  • Es recomendable visitar al odontólogo, al menos una vez al año, para controlar la aparición de caries.
  • Intervenir a tiempo evita males mayores.

La higiene dental infantil

Es en la edad temprana cuando se sientan las bases para una cultura del cuidado de los dientes. También es en esta etapa cuando se comienzan a dar los pasos necesarios que traerán como consecuencia sanidad y larga vida para la dentadura en la etapa adulta.

Aunque parezca asombroso, el cuidado bucal comienza antes de que aparezcan los primeros dientes. Las madres limpian con gasas y agua hervida las encías de los bebés para quitar los restos de leche y evitar la aparición de aftas. Esto representa un antecedente de lo que más adelante será la higiene dental.

Al aparecer los primeros dientes, ya se debe comenzar la educación para su mantenimiento y conservación con el uso del cepillo. En esta etapa es necesario el acompañamiento por parte de los padres quienes deben contribuir para que el proceso se convierta en una actividad lúdica.

Es recomendable tomar en cuenta lo siguiente:

  • Involucrar al niño en la elección de su cepillo cuando tenga edad para hacerlo. Las figuras de su personaje favorito, por ejemplo, pueden resultarle atractiva en su cepillo.
  • Motivar al niño a cepillarse a través del juego. Cantarle canciones o inventar historias para acompañar el cepillado lo relajan, alegran la actividad y la hacen atractiva. Jugar con los muñecos a cepillarle los dientes, refuerza su aprendizaje. Las recompensas ocasionales también pueden ayudar
  • Escoger el mejor momento para invitarlo al cepillado. Los momentos de mal humor o de sueño no son los menos indicados. Cepillarse junto con los padres puede ser una buena opción para motivarlos.
  • Establecer un método de cepillado. Proponer un orden al cepillarse para abarcar todas las zonas sin que se olvide ninguna.
  • Evitar el regaño y las amenazas. Argumente en positivo sobre la necesidad de cuidar los dientes.
  • Comenzar a visitar el odontólogo a edad temprana. Existen procedimientos especializados preventivos de las caries. También la aplicación de flúor cada cierto tiempo, sobre todo en los niños, es recomendable.

Consecuencias de una higiene dental inadecuada

La celeridad de la vida moderna obliga, a veces, a la comida rápida y fuera de casa, lo que ha disminuido, en muchos casos, la frecuencia del cepillado. Entre las enfermedades más frecuentes producto de una higiene dental inadecuada se pueden mencionar:

  • Las caries: Representan la consecuencia más directa de la falta de higiene dental apropiada. Es la más común de las enfermedades dentales.  Se producen gracias a la acción de los ácidos  de los alimentos en descomposición, más aún si son azucarados. Si no son atendidas a tiempo, pueden alcanzar el nervio con la consecuente pérdida de la pieza dental.
  • Gingivitis: Es una enfermedad de las encías que se produce por el exceso de placa dental. Se manifiesta con enrojecimiento, inflamación y hasta sangrado de las encías.
  • Periodontitis: Cuando la gingivitis no es tratada a tiempo se convierte en periodontitis. Esta infección genera retracción en las encías,  dolor al masticar, aflojamiento de los dientes. En casos severos,  destruye los tejidos y hasta el hueso que soportan las piezas dentales, lo que ocasiona su desprendimiento.
  • Halitosis: Es lo que comúnmente se conoce como mal aliento. Es producto de la descomposición de los restos de alimentos alojados entre los dientes.

La higiene dental es absolutamente necesaria a cualquier edad. No sólo tiene relación con la salud física sino también con el desempeño social del individuo.

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